jueves, 13 de agosto de 2009

UP: Enganchen el globo… despegamos.


¿Quién no ha tenido ganas alguna vez de salir volando de donde esta? A veces del dentista… a veces de una mala película. Pero lo cierto es que UP, es para ponerse en UP al final de la película y aplaudirle con las orejas. Lo mejor en animación desde Wall-e, en mi opinión claro.

Por fin he averiguado que narices era un Gamusino, y me he enamorado de ese bicho, quiero uno. Blllllluuu bluuuu. La historia es original, cosa que últimamente no pasa mucho, y me reafirmo en mi posición: el cine de animación no tiene que ser necesariamente para niños. Como claro ejemplo en esta peli, el principio lacrimógeno… digno de ver, y de admirar por el valor de empezar algo que busca divertir haciendo llorar a los más sensibleros. Pero el ejemplo no queda ahí, sino que se decide a reírse en las minicaras de los miniespectadores de la pantalla con algún que otro comentario del entrañable abuelete a su scout adoptivo que no pienso destripar. Por cierto, el análisis de la psicología canina deja al nivel del suelo al “Encantador de perros” de cuatro.

Y si el espectador es uno de esos padrazos o madrazas que está hasta la coronilla de que su hijito le pregunte de donde viene el hermanito, hay una pequeña joya en forma de nube-cortometraje que le dará a su hijo una explicación entrañable, y le relacionará a los tiburones con la lluvia, de paso.

¿Si hay que verla? ¡Sí, volando!