Sí, habéis
leído bien. Entre los superpoderes de superman no entra la supercapacidad de
hablar. Creo que se la anularon debido a la superhabilidad de quitarse la
camiseta. Y es que a Henry Cavill no le hace falta abrir la boca para coronarse
rey de los superhéroes, pero tampoco hubiera estado mal que hubieran dejado al
chico decir dos frases seguidas. Menos mal que todos sabemos cuál es el origen
de este superhéroe y su entrañable personalidad porque lo que es profundizar en
diálogos no es que profundice mucho que digamos. A Lois Lane esta vez nada más
que le han hecho falta un par de sonrisas seductoras y un par de salvamientos
de vida para caer rendida a sus pies. Pero claro, si queréis saber algo más de
superman os leéis un comic, que si vais a ver la película es para ver como se
zurran en movimiento.
En
resumen, una vez más algo, que ya hemos visto, Manhattan destrozado por aliens
y un superhéroe banal y sin profundidad que viene a rescatarnos. ¿Soy la única
que no ha empatizado con ningún personaje durante toda la película?
Y el
caso es que pintaba bien pero se ha quedado en una fotografía bastante currada
con efectos especiales un poco mediocres a ratos, un superman con demasiada
gomina y poco don de gentes y una película con muchos puñetazos y poca
sensibilidad que ha intentado salvarse con un final polémico y que pretende dar
humanidad a un personaje que en el resto de la película no es más que un pelele
pega puñetazos.
Una
lástima, porque el mundo necesita superhéroes, pero no de este tipo. Mi
recomendación si os habéis quedado con ganas de salir del cine
supersuperheroizados es que os leáis algún comic aprovechando que el Universo
DC ha sido reseteado. Yo por mi parte y dado que las pelis de superheroinas
arrasan menos, os recomiendo supergirl y batgirl, sobre todo esta última.