domingo, 30 de junio de 2013

Superman es mudo


Sí, habéis leído bien. Entre los superpoderes de superman no entra la supercapacidad de hablar. Creo que se la anularon debido a la superhabilidad de quitarse la camiseta. Y es que a Henry Cavill no le hace falta abrir la boca para coronarse rey de los superhéroes, pero tampoco hubiera estado mal que hubieran dejado al chico decir dos frases seguidas. Menos mal que todos sabemos cuál es el origen de este superhéroe y su entrañable personalidad porque lo que es profundizar en diálogos no es que profundice mucho que digamos. A Lois Lane esta vez nada más que le han hecho falta un par de sonrisas seductoras y un par de salvamientos de vida para caer rendida a sus pies. Pero claro, si queréis saber algo más de superman os leéis un comic, que si vais a ver la película es para ver como se zurran en movimiento.



En resumen, una vez más algo, que ya hemos visto, Manhattan destrozado por aliens y un superhéroe banal y sin profundidad que viene a rescatarnos. ¿Soy la única que no ha empatizado con ningún personaje durante toda la película?

Y el caso es que pintaba bien pero se ha quedado en una fotografía bastante currada con efectos especiales un poco mediocres a ratos, un superman con demasiada gomina y poco don de gentes y una película con muchos puñetazos y poca sensibilidad que ha intentado salvarse con un final polémico y que pretende dar humanidad a un personaje que en el resto de la película no es más que un pelele pega puñetazos.

Una lástima, porque el mundo necesita superhéroes, pero no de este tipo. Mi recomendación si os habéis quedado con ganas de salir del cine supersuperheroizados es que os leáis algún comic aprovechando que el Universo DC ha sido reseteado. Yo por mi parte y dado que las pelis de superheroinas arrasan menos, os recomiendo supergirl y batgirl, sobre todo esta última. 



lunes, 21 de noviembre de 2011

Amanecer I, el ocaso de los vampiros (y gracias)




Una vez más este año, nos disponemos a comenzar a despedirnos de una saga para “adolescentes”. Tras el final de Harry Potter nos enfrentamos ahora al principio del final de la saga Crepúsculo, una saga que muchas echarán de menos, y otras rezamos porque termine antes de que vaya a peor.


El argumento del film es el de siempre: chica enamorada de vampiro y hombre lobo enamorado de chica. Y entonces llega la debacle. Lo que hasta ahora había sido un amor adolescente más bien tirando a puritano pseudoerótico pasa a convertirse en una historia esperpéntica y desagradable que roza todos los tópicos sobre las relaciones y que provoca más de una arcada visual y argumental.



Es cierto que la materia prima de la que parte esta película es exactamente lo que utilizan como argumento, un sinsentido plagado de moralinas y de tradición familiar aberrante. El problema principal reside en que en los libros las actuaciones de los personajes vienen explicadas por unas emociones que les embriagan y que las justifican a la perfección, mientras que en el film la voz de los personajes se pierden para mostrarnos a unos caracteres planos, interpretados por unos actores inexpresivos, y acompañados de una dirección sanguinolienta que no llega a lo que debiera o se pasa, depende de por dónde pretendieran orientar el film.


En resumen, de las mejores novelas de amor adolescente de los últimos tiempos hemos conseguido las peores películas de vampiros de toda la historia del cine, y con Amanecer I han conseguido lo imposible: hacer lo malo peor y más aburrido, a través de una historia lenta y que no transmite. Y todo esto dejando de lado los dudosos valores morales que esconde como tufillo de fondo.


¡Huyan, antes de que les muerda un vampiro y les dé por casarse!



jueves, 7 de abril de 2011

Crebinsky: una historia para soñar



En palabras del propio Director (y guionista) del film Enrique Otero, la principal razón por la que hay que ir a ver “Crebinsky” es que es una película diferente. No se acerca para nada a lo que el espectador está acostumbrado a ver proveniente del cine español. Entre sus influencias y referentes contamos desde el realismo mágico y la tradición oral gallega al cine balcánico como el de Emir Kusturika, pasando por otros como el cine mudo, o el cine francés de delicatesen. Esta curiosa mezcla, salpicada de la comicidad infantil y loca de sus protagonistas (Sergio Zearreta y Miguel de Lira, también guionista del film), nos deja como final una historia incapaz de ser clasificada dentro de un género, o como ellos mismos dicen, una historia degenerada, que bebe de todas las fuentes.

La historia comienza y se lleva a cabo desde la simpleza aunque con un trabajo muy elaborado. Dos hermanos, los Crebinsky , y su ternera se ven arrastrados durante un diluvio y terminan viviendo en la costa, cerca de un faro, sin percatarse de lo que en realidad ocurre fuera de sus límites: la Segunda Guerra Mundial. Lo peculiar de este marco es que esta tratado desde el punto de vista de los dos inocentes protagonistas que nos limitan la mirada a ese entorno de cuento en el que hasta esta gran guerra no tiene más remedio que ser algo cómico y secundario, como una pincelada sin importancia en el universo irreal de los Crebinsky.

La apuesta empieza siendo arriesgada desde el segundo uno, diez minutos de animación nos cuentan cómo han llegado los protagonistas a la situación actual. Un comienzo muy interesante y adecuado para la estética de cuento de humor poético que envuelve todo el film. Y a mitad de la película hace una breve pero interesante aparición el “engoyadísimo” Luis Tosar que además es coproductor de la película. Su papel, como siempre, una maravilla: dicción perfecta en inglés interpretando a un alto mando militar americano que se ve envuelto en un gracioso problema con unas piñas.

No es de extrañar que a la vuelta del Festival de Málaga hayan conseguido unas cuantas filas de admiradores (absolutos fans del saludo particular y rural de los Crebinsky y el Premio ALMA Mejor Guionista Joven Biznaga de Plata. Además durante el mismo festival se entregó a Luis Tosar el Premio Málaga.

En definitiva, una película particular que por lo menos logará sacar a los espectadores una gran sonrisa.

viernes, 25 de febrero de 2011

Chico & Rita: un amor épico animado


Si tuviera que elegir mi película favorita probablemente sería de animación… o no… Simplemente creo que no podría hacerlo. Pero si tuviera que elegir varias películas que me gustaran mucho seguramente la mayoría serían de animación y entre ellas, ocupando un lugar privilegiado, “Chico & Rita”. Y en este pedestal en el que se hallaría subido este film habría varias bases en las que se apoyaría. Para empezar, en la base principal, un argumento indiscutible: es cine de animación, y es española. Tras pasar este primer peldaño, encontraríamos el espíritu tras la película, Trueba y Mariscal, y el resto de los escalones ascendentes para encumbrar esta obra son los detalles que da a cada paso mientras la ves.

Mariscal ha cuidado al detalle los dibujos, en los que predominan los trazos negros con un aire a cómic que resulta muy adecuado para la historia. También ha cuidado en movimiento, para ello rodaron con actores reales en Cuba para tener una buena imagen de partida. Ha mimado los colores, dotando de vida propia a las dos ciudades en las que se ambienta la historia: La Habana y Nueva York; y ha sacado de su tintero a Rita, que para mí sin duda es uno de los personajes más sexys de la historia del cine de animación.

A todo esto se le añade una ambientación perfecta en los años 40 y 50, un estudio de vestuario y coche de época asombroso, una clara referencia al Hollywood clásico y una historia de amor épica, digna de ser comparada con Romeo y Julieta. Estos dos personajes , atrapados por un sueño musical que los une en un principio, y atrapados también el uno por el otro, no tienen más remedio que dejar que la rueda gire y que su vida vaya deambulando entre el amor, y el amor por la música.

Y es esta música el último gran elemento de la historia, plagada de homenajes, con un ritmo trepidante, es una más de la historia, y en este caso actúa inevitablemente como la rueda del destino.




martes, 15 de febrero de 2011

El Santuario: Mucho 3D poco doblaje




Todo lo que trae la tecnología no tiene que ser bueno por la fuerza. No todo lo producido por James Cameron tampoco (aunque es dudoso que lo anterior lo fuera). Con un doblaje al castellano pésimo y la tecnología 3D de “Avatar” llega a las pantallas “El Santuario 3D”, basado en una historia real.

Un espeleólogo y su equipo se disponen a explorar Esa´ala, la mayor cueva del mundo que contiene pasajes subterráneos que dan al Pacífico Sur. Cuando están en el interior de la cueva se quedan atrapados por una tormenta que provoca la subida del rio.

El film no cuenta con un mal reparto: Richard Roxburgh de “Moulin Rouge” y “Misión Imposible 2”, Rhys Wakefield de “Broken Hill” , Ioan Gruffud de l”os 4 fantásticos” y Alice Parkinson de “X-men Orígenes: lobezno” lo encabezan. Quizás con sus voces originales no hubiera estado tan mal.

La trama gira toda en torno a la pregunta de si sobrevivirán o quedarán atrapados bajo el agua en la cueva (pregunta bastante fácil de responder incluso sin haber visto la película). Y todo el interés recae en el 3D que permite que te involucres en la película provocándote cierta claustrofobia y ansiedad. Por lo demás es bastante predecible y digna de ser un telefilm de catástrofes para un domingo por la tarde

jueves, 27 de enero de 2011

Mil cretinos: desespérate contándolos de uno en uno




El mundo está lleno de cretinos, eso es indudable. La pregunta es, si ya estás condenado a vivir rodeado, ¿por qué hacer una película sobre ellos? Ventura Pons lo cree necesario, así que se pone manos a la obra y recoge en su película quince historias sobre la estupidez humana en la que consigue agrupar mil cretinos. Pero no todo el mérito es suyo, el film es una adaptación de relatos de Quim Monzó, con quién ya había trabajado previamente el director en “El por qué de las cosas” hace dieciséis años.

La película se divide en tres partes (será que está de moda eso de dividir las películas). La primera parte se desarrolla en la época actual y son las historias escritas por el personaje protagonista de la tercera parte. Y aquí acaba la relación entre los trozos de la película. Es como si hubieran hecho un montón de cortos y los hubieran pegado con superglue para que les quedara un largo. Problema de esto, la película no es uniforme y a ratos te puede gustar como a ratos la puedes odiar. La segunda parte por otro lado está inspirada en el teatro catalán de finales del siglo XIX y principios del XX y en el cine mudo. Son seis relatos reescritos sobre personajes de cuentos tradicionales como la Bella Durmiente o Robin Hood. Hubiera sido una propuesta interesante como película individual pero que en el film se inserta con calzador y sin explicación ninguna. La tercera parte habla de la relación del escritor con sus ancianos padres, y de su vida con ellos y menciona de pasada la relación del autor con los personajes a los que da vida (incluidos los de la parte dos). Quizás sea la más digna de ver porque habla sobre la vejez y la muerte, e incluso hace referencia al título de la película.

La falta de cohesión en el film hace que se haga tedioso y pesado. El director, por la forma que tiene de tratar alguno de los relatos, debía de buscar que el espectador se desespere e inquiete mientras observa las situaciones que ocurren. Es lenta, muy lenta, y eso ayuda a la intranquilidad y al desasosiego. Pero al fin y al cabo, produce la misma sensación que cuando en tu vida diaria te relacionas con un cretino, ¿podemos llamarlo realismo?





RED: “La Daga de Rasputín” a la americana




Lo mejor que un espectador al uso puede hacer a la hora de ver RED es lo contrario a lo que estáis haciendo ahora, es decir no leer nada, no saber nada, ir al cine sumidos en la ignorancia total. Porque es la única manera de que disfrutéis de algo de la película. Los diez primeros minutos para ser concretos, una historia de amor entre un pensionista y la teleoperadora encargada de enviarle el cheque mensualmente, cargado de trasfondo social, de interés, de visualidad… y entonces aparecen unos tíos con metralletas y se cargan la película. El argumento es sencillo: un agente de la CIA retirado es atacado por alguien porque sabe demasiado y para defenderse hace corrillo con todos sus amigos jubilados, la Red de Espías Desactivados. Está basado en una miniserie de cómics escrita por Warren Ellis y el artista gráfico Cully Hammer y publicada por DC Comics entre 2003 y 2004; y cuenta con un elenco excepcional.

Por eso mismo, una película con semejante reparto (Bruce Willis, Morgan Freeman, John Malkovich y Helen Mirren) no puede permitirse llegar hasta ese punto de frivolidad cómica absurda, lo que si se le permite gracias al presupuesto americano es que haya una explosión cada cinco minutos. Vamos, lo que viene siendo la versión americana de “La Daga de Rasputín”, y sí, con rusos y todo. Claro que siendo americana, la parte de acción por lo menos es más explosiva. Hablar de comedia de acción se está convirtiendo cada vez más en un eufemismo de película mala, lo triste es que actores de ese calibre se presten a semejante despropósito. No vuelvan a intentarlo, quédense en la acción a secas que por lo menos un James Bond en versión tercera edad sin pretensiones cómicas es digerible.