UNA PAREJA DE TRES: Un engaño para todos

Las películas te hacen llorar, reír, pensar, atemorizarte, sugestionarte y otras miles de sensaciones que cualquier espectador espera encontrar cuando invierte su tiempo en la gran pantalla. Hay películas mejores y peores, del mismo modo que hay grandes Directores y los hay nefastos, pero sin duda alguna lo peor que se puede hacer con una película es convertirla en algo decepcionante, a no ser claro está que busque decepcionar, pero este no es el caso.

Una pareja de Tres es a simple vista un nuevo Beethoven, un perro graciosillo que hace de las suyas para que el público suelte la carcajada fácil que es lo que buscan al sentarse a ver este tipo de películas. En el tráiler nos venden la moto exactamente de ese modo, y por último en el título en castellano (el inglés, “Marley & Me”, le viene mucho mejor) nos incluyen el término “pareja” que nos hace pensar en una comedia romántica al puro estilo “El diablo viste de Prada”, también dirigida por David Frankel, cambiando a la jefa por el perro.

Si buscas la película en cualquier folleto de estrenos de cine podrás leer a su lado “comedia romántica”. Los actores son típicos de comedias románticas, hasta el perro es el típico perro de película amorosa. Pues resumiendo, es todo un burdo engaño para atraer al pobre público confiado hacia algo que no tiene definición exacta porque es una mutación.

La primera media hora podrán ver lo prometido y si acaso reírse con lo que ya vieron en el tráiler, a partir de ahí, la pareja de tres deja de serlo y se convierte en una versión patética de “Revolutionay road” con discusiones y sacrificios que mas que hacer reír provocan ganas de huir. La cosa va in crescendo y la tragedia envuelve el film en el que el perro no es más que un motivo lacrimógeno.

La historia es malísima, está mal construida, es deprimente y tiene un final patético y sin sentido. La dirección es un poema a como no debe dirigirse este tipo de film, saliéndose del tono con sumarios que no encajan de ningún modo en el film o pasando al otro extremo con recursos demasiado vistos y gastados. En conclusión, un canto a como no hacer las cosas escondido una vez más detrás del tópico de “las comedias románticas son pelis malas”, con el que no estoy para nada de acuerdo porque una historia adecuada contada del modo adecuado y sin caer en el absurdo y la risa fácil puede ser al mismo tiempo una comedia romántica y una gran película.